En realidad la celebración del Adviento ayer fue un milagro. Sucede que yo me puse a llorar porque cierta persona me prometió tantas cosas que no ha cumplido, entre ellas fue darme a conocer el Adviento... y no me llamó ni nada. Como mi madre me vio sollozando, pues me llevó a la Iglesia que está por aquí y estaban vendiendo las coronas. Ella sí fue católica toda su vida, pero ya no lo practica y por lo tanto no sabía realmente qué había que hacer para esta celebración. Comenzó a preguntarle a las señoras que vendían las guirnaldas qué es lo que debíamos rezar, y cómo era el procedimiento. Ellas muy amablemente trataron de explicarnos, y pues mi madre y yo acordamos hacer el rito cuando el reloj diera las 6 de la tarde. Así fue efectivamente, claro que probablemente no lo hicimos todo como debía ser porque somos dos inexpertas, pero lo que cuenta es la intención. Al parecer mi mamá notó lo feliz que yo me puse porque me compró la Corona de Adviento, y es verdad porque ya no podía pasar otro año sin conocer lo que era eso.
Estoy agradecida porque fue gracias a Dios que ayer hayamos prendido la primera vela, y este Domingo nos espera la siguiente. No sé cuándo voy a introducirme por fin a la Iglesia Católica, a veces parece que nunca va a ser, pero yo confío en que será pronto. Quiero llenarme de Dios, quiero sentir su amor porque sólo Él puede sanar mis heridas. Siento ira muchas veces, de pensar que nunca llega el día en el que por fin logre ir a una comunidad cristiana y pertenecer a la Iglesia como debe ser. La persona que prometió hacer todas esas cosas... me lo ha estado prometiendo ya desde hace meses, sin embargo por razones que desconozco no lo cumple. Pero espero que la espera ya no se haga más larga... necesito estar más cerca de Dios, necesito conocerlo más porque es lo que le falta a mi vida.
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